23 octubre, 2006

Rufino García y su hermano, el Maquis: Eusebio García

Una historia de perseverancia, Rufino durante décadas no cedió en el empeño de encontrar los restos de su hermano guerrillero

Fuente:
http://www.levante-emv.com/

R. Montaner, Valencia

Detrás de los desaparecidos de la dictadura enterrados en las cinco fosas comunes localizadas por las asociaciones de recuperación de la memoria histórica la Gavilla Verde y Pozos de Caudé hay décadas y décadas de búsqueda por parte de sus familiares. Este es el caso de Rufino García, hermano menor del guerrillero Eusebio García, Domingo.

Rufino tenía 15 años cuando Domingo desapareció en 1948. Ocho meses antes, su hermano Ángel había sido asesinado de un tiro en la nuca por la Guardia Civil cuando estaba detenido y esposado. Oficialmente se le aplicó la temible Ley de Fugas.
El presidente de la Gavilla, Pedro Peinado, relata que Domingo llegó a ser segundo jefe del 5º Sector de la Agrupación Guerrillera de Levante y Aragón (AGLA) y como tal «podría haber estado inmerso en la entrada y mitin de Requena del 10 de diciembre de 1947 y en la voladura, un día después, del albergue falangista Laporta de Buñol». El 10 de diciembre de 1948 habría caído abatido por el jefe de la Falange local durante el asalto a Fuertescusa, Rufino no descubrió hasta hace un año que su hermano estaba en una tumba anónima del cementerio de dicho pueblo.

La fosa pegada al muro del cementerio de Villarejo de la Peñuela contiene a cuatro guerrilleros del AGLA muertos en combate el 10 de octubre de 1948 y otro que cayó prisionero en la misma acción, pero que apareció muerto al día siguiente en extrañas circunstancias.
Uno de los casos más dramáticos es el de la saca de los siete de Monroyo. En la madrugada del 11 de noviembre de 1947 siete personas, dos mujeres y cinco hombres, todos ellos familiares de guerrilleros, desaparecieron de la cárcel de Alcañiz.

La «saca» de los siete de Monroyo

Fueron ejecutados extrajudicialmente cerca de Monroyo, en la cuneta de la carretera que va de Alcañiz a Morella. Las dos mujeres de este grupo enterrado en una fosa del cementerio de este municipio son Aurora Piñana, una joven de 22 años casada con un guerrillero, y Josefa Bayod, madre y esposa de maquis, que fue asesinada junto a uno de sus hijos porque no sabía donde estaban sus familiares. Oficialmente, según Marina Boj, hija de Josefa, su madre «salió de la cárcel el día 11 de Noviembre de 1947».
La fosa común localizada en un monte de Alcalá de la Selva el año pasado alberga, según el forense Manuel Polo, a «12 civiles, todos ellos varones de 20 a 70 años, ejecutados sin ningún juicio previo por orden del capitán Pizarro en una operación de castigo en represalia de las acciones de los maquis en esa zona». El investigador de la Universitat de València añade que la «venganza del capitán Pizarro» se cobró las vidas de 24 personas, «pero sólo se ha podido dar con una de las dos fosas comunes».
El último enterramiento a exhumar es una fosa común del cementerio de Singra «en la que se cree que hay entre 15 y 30 hombres y mujeres, todos ellos civiles represaliada durante los días siguientes a la sublevación del 18 de julio de 1936 por haberse mantenido fiel a la República».

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