03 julio, 2009

Constantino Enguídanos "Juanito" - Informes AHPC (6)

Micro-film Nº 346 Pág 7 – Foto 89-90

Levante. (Informe de “Juanito”)

Entonces formaron el Regional entre PEDRO, JOSÉ MARÍA Y GRANDE.
Yo seguí con ellos para realizar los servicios que ellos me encomendaban. Entre los servicios que hice, uno hay que me dio mucha experiencia, y fue un viaje que hice con GRANDE al 17 Sector, en el mes de mayo y junio. Nos encontramos con aquellos camaradas, sin ánimo ni para resollar, carcomidos por una serie de provocadores que tenían en las organizaciones, con toda una serie de deformaciones políticas, y resignándose a vivir sin hacer nada con el dinero que les había dado el partido. Entre éste viaje que duró dos meses y pico, y otro que hice acto seguido para esperar al grupo que tenía que llegar de Francia, pasé por el 17 Sector todo el verano y parte de la primavera y el otoño. Allí llegué yo a la conclusión de que algunos elementos que había entre nosotros, estaban haciendo más daño que los elementos que se habían largado.

En éste periodo, según me enteré después, actuaron en el Regional algunos provocadores, minando la unidad y la disciplina del Partido; poniendo en peligro la estancia de los camaradas del Regional, y haciendo llegar al enemigo los métodos de nuestro trabajo. Con la estancia en ésta temporada de PEPITO Y GRANDE, que habían sido antes los jefes de
la Agrupación, juntos con PEDRO y JOSÉ MARÍA, que era ahora los máximos responsables y dirigentes, creyeron estos provocadores haber llegado la hora de enfrentarlos y echaron toda la carne en el asador para conseguirlo, pero no lo consiguieron ya que llegó el tiempo de la horma de su zapato, que el partido le enviaba.

Cuando GRANDE y JOSÉ MARÍA salieron para el 17 Sector, para juntarse con el grupo que llegó de Francia, aquellos elementos se lanzaron en provocación abierta a terminar con el Partido en aquella zona. Al enemigo llegaron noticias de cómo se desenvolvían los camaradas; en un librito de la “provocación” llegaron a escribir ¡Viva Quiñones! y en el campamento empezaron a hacer la labor derrotista descaradamente, enfrentando a unos camaradas con otros, y haciendo la vida imposible a camaradas sencillos como el Moreno que estaba de responsable. Pero la sorpresa que los partió
por el eje fue que volvieron enseguida los camaradas con refuerzo y cortaron radicalmente todos sus planes.


Micro-film Nº 347 Pág 8 – Foto 91-92

Levante. (Informe de “Juanito”)

Cuando el camarada ANTONIO Y JOSÉ MARÍA me plantearon el intervenir para quitar de en medio a esos elementos, fue para mí un orgullo que el Partido me encomendara esos trabajos. Y cuando actué lo hice con la convicción completa de que cuando el Partido tomaba una decisión es porque tiene motivos para ello; además yo conocía ya las cosas que atrás señalo, que eran suficientes para que yo viera justa y necesaria ésta decisión. Las veces que actué, lo hice con toda la fuerza que da a un comunista lanzarse sobre el enemigo. Ahora, lo que sí me causaba impresión era andar entre ellos desnudándolos y enterrándolos. Hoy, aunque estoy seguro de que en cualquier ocasión que me encuentre no me ha de faltar valor para hacer lo de entonces y todo lo que sea necesario, confieso que ese trabajo es para mí el de mayor sacrificio.

Este invierno yo no actué como era debido. Eché a perder un tiempo precioso porque leía muy poco, y cuando leía, no me enteraba de lo que estaba leyendo, por estar mi imaginación en otro sitio. Aquel invierno estuvieron en el campamento CONCHITA Y LINA, y allí era donde en todo momento estaba mi imaginación. LINA se me metió en la cabeza y no salía ni a escopetazos. Hice esfuerzos para estudiar, pero eran en vano, porque siempre estaba ella por delante. Yo veía que no estaba cumpliendo con mi deber
y esto me hacía estar de mal humor, cuando no estaba con ella y pensaba en mí. Mientras tanto veía a los camaradas del Regional tratando de elevarme entre los demás camaradas; aunque delante de mí nunca decían nada, yo lo adivinaba en las miradas de los camaradas y para acabarme de convencer, lo que me dijo JACINTO: “yo no sé por qué los camaradas te adulan tanto, porque, la verdad es que yo no veo en ti ninguna cosa extraordinaria.
Esto me extrañaba a mí que lo hicieran, cuando yo no estaba cumpliendo como era debido, haciéndome pensar que los camaradas lo que estaban era preocupados, creyendo que mi estado anormal se debía a que no había sabido interpretar los hechos pasados. El pensar que los camaradas pudieran dudar de mí, me sacaba de mis casillas, haciéndome estar de peor humor. En aquella temporada no me encontraba contento nada más que cuando estaba realizando un servicio, porque entonces entendía que cumplía con el deber de comunista, y cuando estaba en el campamento no lo cumplía. Varias veces me
propuse cambiar, pero cuando me ponía a estudiar me venía a mi memoria el guiñito que me había hecho la chavala un rato antes, las acciones que de ella me gustaban, o el pesimismo de no cumplir con mi deber y de ver a los camaradas preocupados por mí.


Micro-film Nº 348 Pág 9 – Foto 93-94

Levante. (Informe de “Juanito”)

Mi falta fue no hacerme una autocrítica delante del partido y salir de aquel estancamiento; los camaradas JOSÉ MARÍA y SEBASTIAN me llamaron de una manera hábil a hacerme ésta autocrítica, pero yo no me decidí por que no tenía confianza de poder rectificar mientras la chavala estuviera con nosotros. Cuando yo iba cambiando era conforme me iba desilusionando de ella, con sus hechos de caprichosa y altiva, y sobre todo cuando se marchó y estuve libre de sus “hechizos”.

Pasamos aquel invierno con el poco dinero que teníamos y lo que los puntos de apoyo nos ayudaron. Cuando ya no podíamos seguir más adelante los camaradas de
la Regional decidieron solucionar el problema lo antes posible, con nuestras posibilidades. Como el tiempo estaba lloviendo y no nos podíamos decidir a dar ningún golpe, ya que eso era tanto como llevar a los civiles al campamento, decidieron los camaradas el ir a que nos hiciera un préstamo, quisiera o no quisiera, a un hombre que nos había suministrado algunas veces, dándonos confianza de que yendo en ese plan no daría cuenta. Se le ofreció volverle el dinero enseguida, pero todavía no se lo hemos devuelto. Este es un hombre de derechas; había sido alcalde de una aldea de Mira al acabarse la guerra y si ahora nos ayudaba era por compromiso. Le cogimos 15.000 pesetas. Pero como este dinero era tan poco en relación con el que hacía falta, el problema del dinero quedó pendiente.

Esto nos tenía imposibilitados. No pudimos tocar puntos nuevos porque para eso siempre hace falta dinero; propaganda tampoco podía salir, estando reducidos a nuestros puntos de apoyo vendidos al enemigo o localizados, cuando menos.

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