18 diciembre, 2008

Constantino Enguídanos "Juanito" - Informes AHPC (4)

Constantino Enguídanos "Juanito" - Informes AHPC (1)
Constantino Enguídanos "Juanito" - Informes AHPC (2)
Constantino Enguídanos "Juanito" - Informes AHPC (3)

Micro-film Nº 137 Pag. 5 - Foto 9

Cuando luchamos aquí, en el interior del país, queridos camaradas, lo hacemos con el gran entusiasmo de hacer de nuestra España, en ruinas y empobrecida. Una España floreciente de felicidad y de progreso; luchamos con la confianza de que en ésta gran tarea, vosotros que os habéis educado en el gran país del socialismo, limpios de todos los prejuicios burgueses, con los conocimientos de la ciencia y de la técnica moderna, seréis los pilares de la nueva intelectualidad española; lo hacemos seguros de que vosotros, obreros ya socializados, estajanovistas abnegados, como Mauricio Cerrudo. Enrique Estarles y otros, seréis nuestros maestros en ésta gran tarea de reconstrucción de nuestro país, construyendo una floreciente República popular y siendo una ayuda más que considerable para marchar a pasos agigantados a la edificación del socialismo.

Para poder realizar mejor éstas tareas, es preciso, camaradas, que vosotros que tenéis todas las facilidades, que tenéis el gran apoyo (mil veces agradecido por nuestro pueblo) de la gran Unión Soviética, del Partido bolchevique y del gran Stalin, que podéis contar con el estímulo y cariño de lo más honrado de nuestra Patria, estudiéis más y más, pensando que todo será poco, para reconstruir nuestra España empobrecida y arruinada.

De mi parte, camaradas, os doy mi palabra de seguir luchando, hasta el completo hundimiento del capitalismo, inspirándome en las gestas heroicas de Eugenio Mesón, Justo Conesa, Lina Odena, Casto García Roza, Zoya, Matrosov, José Albar, y Rubén Ruiz Ibarruri, siendo mi honor y mi gloria ser lo que ellos fueron y estando dispuesto a llegar donde ellos llegaron si la lucha lo exige.

Con un gran orgullo de poderme dirigir a vosotros, a pesar de la gran distancia que nos separa y los grandes esfuerzos que el franquismo y el imperialismo realizan por aislarnos y convencido de los irrompibles lazos que nos unen, me despido con la completa seguridad de que muy pronto nos podremos abrazar en nuestra España liberada.

Sin otra cosa, os abraza, vuestro camarada.

JUANITO
20 de Febrero de 1951


Micro-film Nº 340 Pag 1 – Foto 77-78

LEVANTE.INFORME DE CONSTANTINO ENGUÍDANOS RUIZ “JUANITO”

Después de siete días de marcha habiendo pasado algunos sin comer, llegamos al campamento donde habían estado los guerrilleros, que estaba descubierto por el traidor Arturo (“El Manco”), y nos quedamos en él para al otro día ir a coger los fusiles que estaban por allí escondidos. Un rato antes de ponerse el sol salimos para coger los fusiles, y a 200 metros del campamento nos encontramos con la guardia civil que nos estaba esperando o venía hacia el campamento y nos hizo fuego matando al camarada JUANETE SIMARRO. De los tiros salimos junto los tres jóvenes con el guerrillero VITINI que era el que acompañaba al de mi pueblo. JUAN JOSÉ salió solo y se marchó a Valencia en donde hizo contacto con el Partido y luego no acudió a las citas que se le marcaron.

Seguimos los cuatro la marcha en busca de los guerrilleros, por mediación de los puntos de apoyo, porque la estafeta en donde nos esperaban no la sabía nada más que el otro elemento y se había largado dejándonos abandonados. Llegamos a un punto de apoyo después de tres marchas casi sin comer, y había en la casa 20 civiles y a los dueños los habían encerrado el la cárcel por culpa del tal Arturo. Aquél día a las tres de la tarde estaba de guardia FRANCISCO SERRANO, grita, que vienen los civiles y salió corriendo sin volverle a ver más. Nosotros miramos por allí y no vimos nada. Fue a parar a Valencia en donde se juntó con JUAN JOSÉ o FELIX que le llamaban en guerrillas, y le proporcionó el contacto con el Partido.

Me dijeron que subía otra vez para guerrillas y que en Marines un traidor los vendió matando a un enlace y a él dejándolo gravemente herido. Después ya no he sabido nada más de él.

PEÑARANDA y yo continuamos la marcha con VITINI y después de unos días de marcha penosos por la lluvia y la poca comida, llegamos el día 16 de Mayo a El Más de Olmo de Ademúz en donde casualmente encontramos a dos guerrilleros en casa de un enlace y aquella noche llegamos al campamento que estaba en los montes de Camarena.

La primera temporada la pasé sin casi apercibirme de lo que sucedía dentro del grupo, porque con la idea que yo tenía de los guerrilleros, creía que todo lo que hacían estaba bien hecho y no me paraba a pensar si una cosa era justa o no, que se hiciera como se hacía. Como yo era nuevo allí y no conocía otra forma de actuar, aquella para mí era la buena. La primera vez que yo paré atención fue cuando en una reunión con el Estado Mayor y el responsable político, después de decir como allí se actuaba, criticaron duramente las cosas que allí se hacían. Hasta entonces yo no sabía lo que era una crítica porque en los cuatro o cinco meses que llevaba no habíamos hecho ninguna reunión del Partido.

El jefe del campamento era Antonio. Éste elemento hacía vida de señorito en el campamento; ni iba a por leña, ni agua, ni hacía guardia. En el campamento hacía el favoritismo con unos y a otros les amargaba la existencia.

De operaciones no salía nunca porque decía que el jefe debía de estar en el campamento. Una vez salimos todo el grupo, que éramos 10 guerrilleros, pero él no llegó a operar en ningún lado. Cuando llegamos a una zona buscada, se instaló en un sitio y nos mandó a 8 en dos grupos a operar y él con otro se quedó allí de “jefe” de campamento. Además un grupo de los dos iba sin ningún arma automática y él se quedó con una metralleta. Hechos de cobardía y provocador tenía éste elemento, en cada paso uno. Ningún guerrillero le quería a pesar de lo hipócrita y lo falso que era.

Mientras él estuvo de responsable salimos dos o tres veces a echar propaganda y a poner pancartas. El grupo en dónde yo iba estuvimos esperando en el Rayo Cerezo, en un molino que resulta que antes había sido punto de apoyo. Nos llevamos un poco de comida diciéndole que si era cierto que había sido punto de apoyo volveríamos a pagarle aquello, pero ya no hemos vuelto. Estuvimos también en Torre Alta y operamos en una casa cogiendo ropa y comida de una casa de un burgués. De política no se hacía nada a pesar de que en la calle detuvimos a medio pueblo.

En la reunión que antes he dicho quitaron de responsable al que teníamos y pusieron a VITINI, que había venido de otro grupo. Cuando VITINI estaba de responsable salimos un grupo al mando de Bienvenido para volar un tren, el cual se voló a ciegas, o sea sin saber el tren que iba a venir. El tren que pasó fue uno mixto que le llamaban el borreguero; víctimas yo no sé si hubo alguna o no. Otra vez salimos de operación todo el grupo y en un pueblecito de los montes Universales, que no puedo recordar cómo se llama, quisimos coger al alcalde y hacerle un rescate. Pasaron VITINI y VIRIATO al pueblo y al estar en casa del alcalde dejaron salir a una mujer que se fue a avisar al ayuntamiento donde estaba reunido su marido con los concejales; éstos al saber lo que había, cogieron las escopetas y salieron a por los guerrilleros; tan ciegos iban que el alcalde se encontró en su casa a un amigo de Ballanta, y sin conocerle le soltó los dos ti-ros de la escopeta, matándolo. A los camaradas también les tiraron en la calle, pero solo le alcanzaron unos plomos a VIRIATO en una pierna. El Gobernador de Teruel regaló una pistola ametralladora al alcalde. Continuamos aquella marcha y un día nos sorprendieron unos cazadores en el término de Bronchales (Teruel). VITINI tenía ganas de operar allí en una casa de campo y no nos retiramos lo debido, haciéndolo allí a un kilómetro, en un sitio pelado. Al otro día, a las ocho de la mañana se nos echó encima la guardia civil. Antonio, que estaba de guardia, en vez de disparar dio el grito de ¡Los civiles! y salió corriendo; los demás al verlo a él salimos también corriendo. Los civiles echaron el alto dos o tres veces y luego se liaron a tiros desde varios sitios, matando al camarada VIRIATO e hiriendo a VITINI y a RUFINO. Entonces nos retiramos para el campamento sin operar.

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