Quiero tener mi tumba
Lejos de los campos santos
Donde blusas blancas no haya
Ni panteones dorados
Quiero que a mí me entierren
Lejos de esos lugares falsos
Donde la gente al año viene
A depositar sus llantos
Quiero que a mi me entierren
Arriba en el monte alto
Junto aquel pino blanco
Que solo esta en el barranco
Mi tumba quiero que este
Entre dos piedras de canto
Compañeros míos han de ser
Pintadas culebras, verdes lagartos
No quiero que a mi entierro vengan
Curas laicos ni romanos,
Y las flores han de ser
Un manojo de punzantes cardos
Tampoco quiero que vengan
A decir discursos y salmos
Con banderas i oropeles
Vicio del mundo civilizado
Para discursos los graznidos
De los cuervos y los grajos,
El aullido del zorro viejo
Cuando ciego es abandonado
Ni luz de cirios que dan
Unas claridades de espanto
A mí me alumbraran
Las centellas y los rayos
Quiero que mi tumba sea
Cubierta de espinos altos
De zarzas grandes y espesas
Abrojos y salvajes cardos
Que brote a sus alrededores
Hierba para los ganados
Y que descanse a mi sombra
El perro negro cansado
Quiero que mi cuerpo repose
Lejos del bullicio humano
Junto al pino grande que hay
en el barranco solitario..
Ilustración de Clara Niubò Casas para un artículo de Tomàs Arias sobre "Caracremada"
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