La mala suerte que siempre acompaña a quienes la vida nunca les sonrió, estuvo ese día fatídico del lado de Eufemio Bolós Silvestre, con nombre de guerra en el monte de «Barbero». Ese día, el santo y seña que tenía que dar en el caso de encontrarse con sus compañeros no fue el convenido. Un error o el olvido, hizo que cayera en el tiroteo posterior que las armas “amigas” efectuaron contra él, al dar una contraseña incorrecta. Un payés encontró en su finca el cadáver de un desconocido acribillado a tiros y fue enterrado en una fosa anónima en el cementerio de Benifallet. Un estudio de varios historiadores sobre la presencia del maquis en la zona de Tortosa, a finales de los años 90, hizo que durante las entrevistas se encontraran con la indicación de unos ancianos, sobre un maquis sin identificar y enterrado en el cementerio.
La búsqueda posterior de datos y documentación en los distintos archivos dio como resultado la identidad del guerrillero. Ayudó en la identificación los enseres de peluquería que llevaba, pues su profesión era la de Barbero. Eufemio tenía 24 años cuando falleció, y tuvo que huir al monte al ser denunciado tras escuchar “Radio Pirenaica”, una emisora prohibida por el régimen, y creada por el PCE en el exilio. Aún cuando la guardia civil tenía datos suficientes que identificaban al guerrillero, nunca informó a su familia. Su hermana Elvira, 50 años después, recibió la noticia cuando tenía 87 años. La esperanza de su hermana siempre fue la de que hubiera huido al extranjero.
Eufemio Bolós Silvestre fue miembro de
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