Guardó su secreto y su sentimiento de culpa durante 63 años, pero en abril de 2004 no pudo más y confesó, en una carta anónima, lo que había hecho. En 1941 participó en Fontanosas (Ciudad Real) en el fusilamiento de siete personas por colaborar con el maquis. Los enterraron en una fosa común. Él, que lo hizo obligado mientras prestaba el servicio militar, se fue de allí y calló, pero nunca olvidó. Hasta que en 2004 se decidió a mandar un anónimo al alcalde de Fontanosas, Emilio Valiente, que no paró hasta cerrar la herida de su pueblo.
(Fuente: Carlos Cué/El País/Lunes 13 de febrero de 2006)
26 diciembre, 2007
17 diciembre, 2007
guerrilleros - 13 testimonios de la resistencia armada al franquismo.

GUERRILLEROS.
13 Testimonios de la resistencia armada al franquismo.
Mercè Conesa y Bartomeu Vila
(1978)
"Guerrilleros" es una película planteada en dos niveles. Por una parte, nuestra intención fue la de colaborar en la recuperación de nuestro inmediato pasado histórico, durante tantos años ignorado y tergiversado. Para ello decidirnos centrarnos en un tema y en una época aún muy recientes. El tema es la guerrilla armada que luchó contra el franquismo y la época comprende un dilatado periodo entre 1939 y 1953, si bien veremos que en algunos pueblos del Estado Español las guerrillas empiezan a actuar en 1936.
Recurrimos así a aquellas personas que frente a la violencia del régimen instaurado por Franco, optaron por la resistencia armada. Trece testimonios de personas que asumieron esa alternativa, en Andalucía, Galicia, Castilla, Catalunya, Aragón, etc., y que nos relatan mediante entrevistas en directo, lo razón y la lógica que presidió su práctica guerrillera. Un amplio abanico de opiniones de hombres y mujeres, que supieron reaccionar en las sierras y en las ciudades, ante la sinrazón de la violencia estatal. Durante largos años, de los que apenas nos ha llegado información, sostuvieron una lucha a muerte y desigual con las fuerzas represivas, salvaguardas del poder.
Lo mayoría desaparecieron. Pocos son los que aún conservan la vida y éstos, tras largos y penosos años de lucha sincera por sus ideales de libertad y humanidad, han visto pasar el resto de sus vidas, en las cárceles de la dictadura Su relato merece ser oído, porque
responde a una honradez y perseverancia en los ideales, de los que todos los "políticos': tienen mucho que aprender.
Pero "Guerrilleros': que incluye imágenes documentales de los primeros años de la posguerra, no pretende exclusivamente recuperar un periodo histórico; nuestra intención, ha sido también, proponer una reflexión sobre todas las formas, mal llamadas "violentas", que en el fondo pretenden no serlo e intentar desenmascarar a la auténtica violencia, que casi siempre preside la misma cotidianeidad de nuestras vidas que emana de la misma estructura del poder. No pretendemos formular una teoría única, frente o los actos de violencia que muchas veces no son mas que actos contra-violentos, sino sencillamente proponer una reflexión del tema, para evitar en lo posible los análisis simplistas. Una muy resumida síntesis de la película, estaría en su mismo manifiesto inicial, que recoge unas ideas de Malatesta: "Con mucha frecuencia, contra la violencia no existe otro medio de defensa que la violencia, pero incluso entonces, no es violento el que se defiende, sino el que obliga a otros a tenerse que defender: no es violento el que recurre al arma homicida contra el usurpador armado que atenta a su vida, a su libertad, a su pan. El asesino es el que pone a otros en la terrible necesidad de matar ó morir''
Mercè Conesa y Bartomeu Vila.
10 diciembre, 2007
Punto de apoyo torturado
Bernardo Cerrillo Soriano, casado, con tres hijos menores de edad, de El Pozuelo, detenido por supuesta relación con la Guerrilla.
Fuente: Los Guerrilleros de Levante y Aragón – Salvador Fdez. Cava.
En cuanto a la muerte de Bernardo Cerrillo, vecino del Pozuelo, cuenta que vivía en la acera de enfrente del cuartel y ella dormía en la ventana que daba al mismo. "No lo quiero recordar porque se me ahueca la piel al oír los gemidos del señor del Pozuelo, los latigazos que le daban... ¡Ay, ay!, se congregaron alrededor del cuartel todos los vecinos y a medida que veían que la cosa se iba agravando se fue todo el mundo a sus casas. Yo lo estaba oyendo según se iba agotando, cada vez menos, ese hombre no podía y yo lo tenía que estar oyendo". Bernardo tenía un amigo en Cañizares y desde el patio del cuartel le gritaba cuando le pegaban: "Julio, sálvame que me están matando". Por ultimo le azuzaron el perro para que lo terminara de matar. El responsable de esto fue el cabo Marcos; había otro que era también muy sanguinario, un tal Cerezo.
Según M. E. los guardias llamaron a uno que se llamaba Andrés para sacarlo con una camioneta que tenía.
Este hombre tenía algo de autoridad pues había estado en el ejército, y se negó a sacarlo diciendo que "no llevaba ningún muerto en su camioneta". Ante la negativa de Andrés llamaron a un tal Ceferino, de Priego.
Lo cargaron en una mula y lo dejaron en el Molino de Abajo; le dieron unos cuantos tiros y dijeron que había intentado escapar (Entrevista a R. A. y M. E., citada).
Fuente: Los Guerrilleros de Levante y Aragón – Salvador Fdez. Cava.
En cuanto a la muerte de Bernardo Cerrillo, vecino del Pozuelo, cuenta que vivía en la acera de enfrente del cuartel y ella dormía en la ventana que daba al mismo. "No lo quiero recordar porque se me ahueca la piel al oír los gemidos del señor del Pozuelo, los latigazos que le daban... ¡Ay, ay!, se congregaron alrededor del cuartel todos los vecinos y a medida que veían que la cosa se iba agravando se fue todo el mundo a sus casas. Yo lo estaba oyendo según se iba agotando, cada vez menos, ese hombre no podía y yo lo tenía que estar oyendo". Bernardo tenía un amigo en Cañizares y desde el patio del cuartel le gritaba cuando le pegaban: "Julio, sálvame que me están matando". Por ultimo le azuzaron el perro para que lo terminara de matar. El responsable de esto fue el cabo Marcos; había otro que era también muy sanguinario, un tal Cerezo.
Según M. E. los guardias llamaron a uno que se llamaba Andrés para sacarlo con una camioneta que tenía.
Este hombre tenía algo de autoridad pues había estado en el ejército, y se negó a sacarlo diciendo que "no llevaba ningún muerto en su camioneta". Ante la negativa de Andrés llamaron a un tal Ceferino, de Priego.
Lo cargaron en una mula y lo dejaron en el Molino de Abajo; le dieron unos cuantos tiros y dijeron que había intentado escapar (Entrevista a R. A. y M. E., citada).
03 diciembre, 2007
Ni bandoleros ni queridas
Me gusta este articulo de JOSÉ Mª FDEZ. CRIADO encontrado en: http://www.elmundo-lacronica.com
Ni bandoleros ni queridas
El sol de mediodía apenas brillaba más que esos membrillos que, ante la deserción general de la policromía del otoño, aguantan a la orilla de las viñas la amenaza de un invierno inminente. Pero hay rincones de piedra y musgo donde aún enciende un calorcito amarillo y se está bien allí, así contra la tapia, como en este humilde cementerio de Salas de los Barrios, compartiendo familiarmente con los muertos una memoria que arde pertinaz al olvido. Así nace al sol de entre las neblinas, la mañana de este domingo.
Hace un año fue enterrada aquí la guerrillera antifranquista Alida González, de la partida de Girón. La propaganda franquista la situó en la leyenda con uno de los papeles que la leyenda suele dar a la mujer, aquí el de 'querida', y por si colaba –y coló durante un tiempo–, el de traidora. Sólo más tarde se la quiso 'redimir' en su condición de madre, hermana o esposa, esa otra envoltura de este inveterado machismo que tasa a la mujer por su función de atraer, gustar y cuidar; otra sutil violencia de género. Pero el hecho es que la única mujer que emerge entre los nombres de la guerrilla de resistencia al franquismo por estos pagos, es el de Alida 'la querida de Girón'. A eso quedó reducida su entrega y su rebelión ante una iniquidad que a ella le tocó de cerca con el asesinato de su marido pero que ella no resignó al luto sino a la lucha.
Bajo esa misma losa de olvido que negaba a la mujer el compromiso político, yace aún toda la lista de las que participaron activamente en aquella histórica resistencia. Y que fueron, Asunción Macías, la 'Pandereta', autoinmolada con 'El Chapa' antes que entregarse; y Alpidia García la 'Maruxa'; y Chelo Rodríguez, que perdió padres, hermanos y novio; y Gloria Yebra, hermana del 'Atravesao'; y Alberta 'La Chata'; y Marcelina la de Cunas que dio casa y cuidados al 'Chaval' ya moribundo; y Adoración Campo; y Alberta Viñales 'La Chata'; y Josefa Martínez, del Valle de Bembibre; y María la de Cabañinas; y Paquita la maestra de Losada; y Paz Fernández, de Bembibre; y Sara la de Noceda sobreviviente a la tortura, no así su hermana Pepa; y Catalina la de Columbrianos cuya casa fue cobijo de guerrilleros y aún está vacía, o vaciada... Y otras tantas que habitan tumbas y cunetas de esta provincia y de todo un país aún mudo no se sabe ya si efecto del horror, natural en una generación atemorizada, o de la indiferencia culpable en la nuestra.
Y también todas esas mujeres que, como dice uno de los últimos supervivientes, los agentes de la brigadilla de turno torturaban moralmente, negándoles el reconocimiento de un compromiso antifranquista; maltratadas y humilladas por sus relaciones reales o supuestas con los guerrilleros y calificadas por ellos de 'queridas o prostitutas de los bandoleros'.
Ni ellos eran bandoleros, ni ellas sus queridas. Eran la única oposición al franquismo. Y para los que se llenan la boca con España: una oposición al mejor estilo de nuestra historia: la guerrilla.
Para ellas este sol de mediodía y este ramillete de pensamientos tenazmente tricolor.
Ni bandoleros ni queridas
El sol de mediodía apenas brillaba más que esos membrillos que, ante la deserción general de la policromía del otoño, aguantan a la orilla de las viñas la amenaza de un invierno inminente. Pero hay rincones de piedra y musgo donde aún enciende un calorcito amarillo y se está bien allí, así contra la tapia, como en este humilde cementerio de Salas de los Barrios, compartiendo familiarmente con los muertos una memoria que arde pertinaz al olvido. Así nace al sol de entre las neblinas, la mañana de este domingo.
Hace un año fue enterrada aquí la guerrillera antifranquista Alida González, de la partida de Girón. La propaganda franquista la situó en la leyenda con uno de los papeles que la leyenda suele dar a la mujer, aquí el de 'querida', y por si colaba –y coló durante un tiempo–, el de traidora. Sólo más tarde se la quiso 'redimir' en su condición de madre, hermana o esposa, esa otra envoltura de este inveterado machismo que tasa a la mujer por su función de atraer, gustar y cuidar; otra sutil violencia de género. Pero el hecho es que la única mujer que emerge entre los nombres de la guerrilla de resistencia al franquismo por estos pagos, es el de Alida 'la querida de Girón'. A eso quedó reducida su entrega y su rebelión ante una iniquidad que a ella le tocó de cerca con el asesinato de su marido pero que ella no resignó al luto sino a la lucha.
Bajo esa misma losa de olvido que negaba a la mujer el compromiso político, yace aún toda la lista de las que participaron activamente en aquella histórica resistencia. Y que fueron, Asunción Macías, la 'Pandereta', autoinmolada con 'El Chapa' antes que entregarse; y Alpidia García la 'Maruxa'; y Chelo Rodríguez, que perdió padres, hermanos y novio; y Gloria Yebra, hermana del 'Atravesao'; y Alberta 'La Chata'; y Marcelina la de Cunas que dio casa y cuidados al 'Chaval' ya moribundo; y Adoración Campo; y Alberta Viñales 'La Chata'; y Josefa Martínez, del Valle de Bembibre; y María la de Cabañinas; y Paquita la maestra de Losada; y Paz Fernández, de Bembibre; y Sara la de Noceda sobreviviente a la tortura, no así su hermana Pepa; y Catalina la de Columbrianos cuya casa fue cobijo de guerrilleros y aún está vacía, o vaciada... Y otras tantas que habitan tumbas y cunetas de esta provincia y de todo un país aún mudo no se sabe ya si efecto del horror, natural en una generación atemorizada, o de la indiferencia culpable en la nuestra.
Y también todas esas mujeres que, como dice uno de los últimos supervivientes, los agentes de la brigadilla de turno torturaban moralmente, negándoles el reconocimiento de un compromiso antifranquista; maltratadas y humilladas por sus relaciones reales o supuestas con los guerrilleros y calificadas por ellos de 'queridas o prostitutas de los bandoleros'.
Ni ellos eran bandoleros, ni ellas sus queridas. Eran la única oposición al franquismo. Y para los que se llenan la boca con España: una oposición al mejor estilo de nuestra historia: la guerrilla.
Para ellas este sol de mediodía y este ramillete de pensamientos tenazmente tricolor.
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