Bernardo Cerrillo Soriano, casado, con tres hijos menores de edad, de El Pozuelo, detenido por supuesta relación con la Guerrilla.
Fuente: Los Guerrilleros de Levante y Aragón – Salvador Fdez. Cava.
En cuanto a la muerte de Bernardo Cerrillo, vecino del Pozuelo, cuenta que vivía en la acera de enfrente del cuartel y ella dormía en la ventana que daba al mismo. "No lo quiero recordar porque se me ahueca la piel al oír los gemidos del señor del Pozuelo, los latigazos que le daban... ¡Ay, ay!, se congregaron alrededor del cuartel todos los vecinos y a medida que veían que la cosa se iba agravando se fue todo el mundo a sus casas. Yo lo estaba oyendo según se iba agotando, cada vez menos, ese hombre no podía y yo lo tenía que estar oyendo". Bernardo tenía un amigo en Cañizares y desde el patio del cuartel le gritaba cuando le pegaban: "Julio, sálvame que me están matando". Por ultimo le azuzaron el perro para que lo terminara de matar. El responsable de esto fue el cabo Marcos; había otro que era también muy sanguinario, un tal Cerezo.
Según M. E. los guardias llamaron a uno que se llamaba Andrés para sacarlo con una camioneta que tenía.
Este hombre tenía algo de autoridad pues había estado en el ejército, y se negó a sacarlo diciendo que "no llevaba ningún muerto en su camioneta". Ante la negativa de Andrés llamaron a un tal Ceferino, de Priego.
Lo cargaron en una mula y lo dejaron en el Molino de Abajo; le dieron unos cuantos tiros y dijeron que había intentado escapar (Entrevista a R. A. y M. E., citada).
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