Carta de Francisco Barcia Casanova

Carta de Francisco Barcia Casanova, jefe del destacamento Manuel Eive-Ramiro Carbón a un exguerrillero en Francia

Ferrol, 24-9-1947
Muy apreciado amigo y compañero: en mi poder tu grata y emocionante carta del 17-8-1947. Por ella veo que estás bien de salud tanto tú como los otros compañeros de la lucha y... de fatigas, de lo cual mucho me alegro, lo mismo que los compañeros que os conocieron y que aún hoy os aprecian y respetan.
Hoy aquí nuestra lucha es mucho más dura y penosa que hace un año; pues ha variado completamente nuestra organización y nuestra táctica. Ahora formamos parte del Ejército Guerrillero de Galicia, que se compone de agrupaciones provinciales y éstas de equis destacamentos; el mío (del que soy Jefe y P. es Comisario) lleva el glorioso nombre de Ramiro Carbón, otro Arturo Conizas, y muchos otros distribuidos por toda la provincia de La Coruña, de Galicia y de España entera. Recibimos escasa ayuda directa del Gobierno de la República en el exilio, pero, no obstante, no desmayamos en nuestro propósito de derribar al tirano Franco. Nuestras necesidades, como tú comprenderás, son buenas armas y muchas municiones, apoyo firme en los elementos del pueblo, y fuerte apoyo moral e informativo en el exterior.
Debes de saber, mi buen amigo..., que aún no nos hemos olvidado ni un solo día de vosotros, te recuerdo, y os recordamos todos; y mejor os quisiéramos ver entre nosotros, que ahí en Francia, inactivos y...?
La sinceridad que empleas para decir las cosas tal como son y ocurren me gusta mucho; comprendemos la gran desilusión que habéis llevado al llegar a Francia, y esto nos sirve a nosotros de lección y estímulo. También creo será bueno poner en antecedentes a otros camaradas que aún pudieran picar... ¿no te parece?
Desde que vosotros marchasteis, hemos tenido que lamentar la caída del camarada Yoyo; así como la de otros dos camaradas más, o sea, dos muertos y uno cogido vivo por las asquerosas garras de la fiera franquista. Pero tenemos a nuestro favor el ajusticiamiento de unos nueve sapos efectuado por nosotros. Así que, ganamos. Hace unos días, y como represalia por el ajusticiamiento de un esbirro de Franco, en Fene, ellos han asesinado a Toupelo y otros dos más. Ramiro, cada vez más chiflado, pues se mete en el Iglesias y... nada. Someiro al fin consiguió largarse fuera de España. Así que quedamos P. J. de L., y yo, de los conocidos; pero hay una legión de elementos jóvenes e impetuosos, los cuales vienen con gran entusiasmo y ganas de trabajar, sabes?
Te escribo a máquina porque tú ya sabes lo que me cuesta hacerlo a mano; así que discúlpame.
Tendría mucho más que contarte y decirte pero otro día será. Y por mi parte y la de nuestros compañeros deseamos más frecuente información de vosotros, y todos quisiéramos veros muy pronto aquí en España.
Post data: Uno de los que está entre nosotros es el hijo de Velo (hermano de Paco), otro un hijo de Evangelio, Pepe; otro es el marido de Aurorita (que ella está ahora en la cárcel). El que cayó con Yoyo es Pereira, Colas (el primo de Geno). Esperando siempre vuestras gratas noticias, nos despedimos de ti, de Ginocho, Antonio y los que están cerca de vosotros; recibiendo un fuerte abrazo de amigos, de camaradas y de guerrilleros a un tiempo. En nombre de nosotros todos:
Paco