Feliciano entrevista a su madre

Feliciano entrevista a su madre, Áurea Blanco Martín, de 87 años "que pasó muchos años de su vida viviendo en chozas y chozos del Valle del Jerte..."

«Era una finca con muchos castaños, y mi padre tenía la tarea de arrancar los castaños y sembrar cerezos»

Hola paisanas y paisanos: Estoy muy contento con el trabajo que se ha hecho de catalogación de todas las chozas y chozos que hay en nuestra tierra así como de las majadas más importantes que tenían los ganaderos.
Quiero informar a los organizadores de la presentación del trabajo en el pueblo, que tenemos la suerte de contar con una mujer que tiene una dilatada historia de vivencia en chozos y chozas del Valle del Jerte.
Esa mujer es mi madre y se llama ÁUREA BLANCO MARTIN, tiene 87 años, pero recuerda con todo lujo de detalles sus vivencias en todos los tipos de chozas y chozos dónde vivió muchos años de su vida.
A bote pronto la he hecho la siguiente entrevista:

¿NACIÓ USTED EN ALGÚN CHOZO?
No, yo nací en El Torno, en una casa que tenía mi padre en el barrio de Portugal. Nací en 1918 y soy la mayor de un total de diez hermanos.

¿YA ERA CABRERO SU PADRE POR ENTONCES?
No, pero por entonces, mi padre vendió una finca que le había tocado en Las Carboneras y con ese dinero compró un hatajo de cabras y nos fuimos a la Sierra de Cabezuela en el lado de La Solana muy cerca del Puerto de Honduras y de la Fuente El Espino.

¿QUÉ TIPO DE MAJADA ERA AQUELLA?
Pues era un tinao, para las cabras y un chozo de escoba para nosotros, éramos mis padres y los tres hermanos mayores que ya habíamos nacido.
«Allí nacieron en el chozo mi hermana Julia y mi hermano Lucas, mi padre era el que atendía a mi madre en los partos»

¿QUÉ PASÓ DESPUÉS DE AQUELLA ETAPA?
Pues que mi padre arrendó una finca en la Sierra de Cabezuela pero esta vez en La Umbría en una finca que se llamaba "Cuarto Conejero".
Era una finca con muchos castaños, y mi padre tenía la tarea de arrancar los castaños y sembrar cerezos, la tuvo arrendada cuatro años, hasta que terminó ese trabajo.
Allí vivíamos en un chozo de escobas muy grande, ahí comienzan los recuerdos de toda mi vida.
Allí nacieron en el chozo mi hermana Julia y mi hermano Lucas, mi padre era el que atendía a mi madre en los partos.
Un día vinieron los guardias civiles a visitarnos y solamente estábamos mis hermanos y yo en el chozo, teníamos mucho miedo porque dentro del chozo mi padre guardaba una escopeta y un revólver, y si la veían se la llevarían y ya mi padre no podría cazar mas conejos o zorros. Pero eso no lo vieron y lo que hicieron fue arrancar unas cuantas plantas de tabaco que tenía sembrado mi padre para su consumo. Porque estaba prohibido sembrar tabaco aunque fuese para consumo propio.

¿QUÉ OCURRIÓ DESPUÉS?
Pues cuando acabó el arrendamiento de aquella finca, nos juntamos con un cabrero verato y nos fuimos al Robledo en la sierra de Navaconcejo, a un paraje llamado Majarodrigo. Allí construyeron mi padre y el cabrero verato dos chozos muy grandes con tres camas en alto y la lumbre en el medio.
«Poco después de regresar mis hermanos fue cuando empezaron el tema de los "maquis" y había cabreros en la sierra que les ayudaban y le subían comida»

¿QUÉ RECUERDOS TIENE DE ESA ETAPA?
Pues un invierno cayó un nevazo muy grande, y estaba yo sola en la majada con las cabras porque mi padre estaba trabajando en el pueblo en una corta que había en la Dehesa Boyal con mis tíos que eran los serradores. Entonces cuando cayó tanta nieve fueron mis tíos Luís y Jesús Pulido a buscarme y bajamos las cabras por El Rebollar y las trajimos al pueblo.
En mi casa pasó una desgracia muy grande porque mis dos hermanos mayores fueron movilizados para ir a la Guerra, y a mis padres les entró una tristeza muy grande y todos los días lloraban. Mis hermanos tardaron siete años en volver a casa, porque después de acabar la Guerra permanecieron muchos años en el ejército.
Poco después de regresar mis hermanos fue cuando empezaron el tema de los "maquis" y había cabreros en la sierra que les ayudaban y le subían comida. Una noche llegaron a la majada nuestra y estuvieron un rato hablando con mi padre y nos compraron dos cabritos y se los llevaron.

¿QUÉ PASÓ DESPUÉS?
Pues que cómo éramos tantos hermanos y había tanta hambre, ya los mayores nos fuimos a servir con varias familias del pueblo, yo estuve sirviendo con mi tío Juan Pulido cuando se quedó viudo con dos niños hasta que se casó con tía María la Calderera. Luego me fui a servir con don Adolfo Izquierdo que tenía cinco hijos pequeños.
De casa de don Adolfo salí de novia para casarme con Ángel Robles "El Manco".

¿SIGUIÓ USTED RELACIONADA CON EL GANADO?
Sí pero ahora ya fueron con cochinos y con ovejas, cuando nació mi hijo Feliciano, teníamos un hatajo de ovejas a medias con la Ricamiel, y vivíamos en chozas de piedra en diferentes zonas de los baldíos, íbamos de unos sitios a otros porque las ovejas iban estercolando los cercados, así que recorrimos y vivimos en muchas chozas diferentes de las que hay en la Sierra.

¿CUÁL FUE SU ÚLTIMA VIVENCIA EN UNA CHOZA?
Pues fue en una choza que hay en un paraje de la sierra que se llama La Cancholla, era un cercao de tía Piedad la Estanquera, allí vivimos un verano con mis hijos Feliciano, Manolo y Margarita, ellos eran todos muy chiquininos, y a veces cuando bajaba al pueblo a buscar avíos les dejaba encerrados en la choza.
«en un chozo de escoba que teníamos en La Canaleja, allí pasábamos los veranos para recoger los higos y cuidar el ganado»

¿CUÁL FUE SU ÚLTIMA VIVENCIA EN UN CHOZO?
Pues fue en un chozo de escoba que teníamos en La Canaleja, allí pasábamos los veranos para recoger los higos y cuidar el ganado, por aquella zona había muchas familias en los veranos, pero los únicos que vivíamos en chozos éramos nosotros y tía Laureana que vivía sola con sus hijos porque su marido se había ido con "Los Maquis" y nunca más se supo de él.