Relato de los denominados de "lectura fácil" encontrado en un blog, el cual trata sobre una historia guerrillera...
Autor: Jonatan Sánchez Martín.
Autor: Jonatan Sánchez Martín.
Aquellos hombres bajaron a la aldea desde la montaña.
Los campesinos los vieron y tuvieron miedo.
Los campesinos no conocían a aquellos hombres, pero sí conocían sus historias.
Eran los hombres huidos en las montañas.
Aquellos hombres tenían armas y algunos caballos.
Cuando llegaron a las primeras casas de la aldea, vieron a una mujer joven cociendo pan en un horno:
—Buenos días, mujer.
—Buenos días —respondió ella asustada.
—Vamos a necesitar su pan para comer.
Cuando esté preparado, vendremos a por él.
El pan de la mujer era de centeno.
El centeno es un cereal como el trigo, aunque más oscuro, amargo y más barato que el trigo.
El pan de centeno es un pan para pobres o tiempos de crisis.
Mientras la mujer cocía el pan, aquellos hombres sacaban a los campesinos de sus casas.
Los hombres de la montaña querían su comida también.
En la aldea solo había mujeres, niños y ancianos.
Los maridos trabajaban en el campo a esas horas.
La mujer joven miraba todo molesta.
Ella cocía un pan para ladrones.
Los hombres de la montaña pusieron a los campesinos en el centro de la aldea.
Entonces, el jefe de la montaña dijo:
—No tenemos otra opción.
La dictadura nos obliga a vivir como animales.
Sin vuestra comida, moriríamos de hambre en el monte.
No es algo personal. Es por una buena causa.
Algún día terminaremos con la dictadura.
Los campesinos escuchaban impacientes porque no les gustaban los discursos.
Tampoco les gustaban los hombres de la montaña.
Estos hombres tenían pistolas y sus ropas eran mejores.
¿Por qué los hombres de la montaña robaban a los campesinos pobres?
Los campesinos no entendían.
La guerra terminó, pero todavía había hambre y violencia.
De repente, oyeron 2 disparos cercanos.
Un hombre de la montaña llegó corriendo deprisa y gritaba:
—¡Los guardias! ¡Los guardias!
Los campesinos se escondieron rápido en sus casas.
Pero los hombres de la montaña se prepararon para la lucha.
La guardia civil entró en la aldea.
Entonces empezaron los disparos.
La guardia civil tuvo más suerte.
Sus balas alcanzaron a 2 hombres de la montaña.
Uno estaba muerto y el otro, herido.
Como consecuencia, sus compañeros huyeron a la montaña.
El herido también intentó huir, pero murió de otro disparo.
Los guardias persiguieron a sus compañeros,
pero no los alcanzaron a tiempo.
Los hombres de la montaña eran expertos en esconderse dentro del bosque.
Entonces se hizo un gran silencio en la aldea y todos notaron un olor extraño.
La guardia civil regresó a la aldea.
Pero nadie estaba en las calles.
Los campesinos desconfiaban de ellos también.
Cuando los guardias llegaron al primer muerto, le quitaron su fusil y el dinero de sus bolsillos.
Como todo estaba tranquilo, los guardias llamaron a los campesinos.
Al principio, los campesinos dudaban,pero al final salieron poco a poco.
Los guardias les preguntaron por los de la montaña.
También salió la joven del pan.
Cómo ella esperaba, el pan de centeno estaba quemado.
El pan estaba tan negro como la pólvora de las pistolas.
1 comentario:
Saludos,
Soy Jonatan Sánchez Martín, el autor del cuento y del blog de dónde procede. Muchas gracias por ayudar a difundirlo, por favor ¿podría incluir mi nombre en la entrada como autor del relato? Gracias.
El relato está basado en un hecho real que le sucedió a mi bisabuela que vivía en una pequeña aldea de los Montes de Toledo. Te recomiendo leer esta obra por si quieres documentarte sobre los maquis en esa zona:
http://books.google.com/books/about/Golfines_bandoleros_y_maquis_en_los_mont.html?id=6fsoAQAAIAAJ
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