El título del post obedece a la creencia general que solo reconoce personas huidas de la represión en algunas zonas de la península. Murcia no es una de esas zonas, y si bien es verdad que no hubo guerrilla organizada como tal, si que tuvo, como la mayoría de las provincias, gente armada (o no) que su refugio obligatorio fue el monte cercano evitando la más que segura muerte, o si tenían (mucha) suerte, torturas, prisión y hambre.
Tras pocos meses de la finalización de la Guerra Civil, la prensa franquista ya daba cuenta de la detención de un grupo de tres huidos que se habían refugiado en la sierra de Ricote. La Falange emitía partes con los resultados de las actuaciones contra las personas que eran buscadas. En uno de ellos de septiembre de 1941 se puede leer: “la fuga de tres elementos rojos condenados a muerte, de la prisión del partido de Cieza, los cuales afortunadamente fueron localizados por fuerzas de la Guardia Civil, pero al intentar defenderse fueron heridos muriendo a consecuencia de ello”.
En el año 1941 aparecen en la región de Murcia tres noticias relacionadas con este tema.
“La Verdad” del 25 de septiembre de 1941 anuncia que un tal Telesforo Rojo Sánchez fue perseguido tras ser descubierto por la Guardia Civil (suponemos que tras una denuncia). El artículo decía esto: “vieron salir a un sujeto, al que le dieron el alto, momento el que arrojó los bultos al suelo, dándose a la huída. La fuerza se vio obligada a hacer unos disparos al aire para intimidarlo, y el sujeto cambió de dirección arrojándose al fondo del barranco”.
En el mismo diario del día 28 de septiembre de 1941, anuncia la captura de Antonio Cantos Montoro, «El Negro de Serratilla», la cual se realizó en la Sierra de Ricote, y da cuenta esta vez de una denuncia de una vecina a la Guardia Civil. Un fragmento de dicha noticia: “Con tal motivo se estrechó el cerco, y en las primeras [horas] de la mañana de ayer se le vio salir de una cueva existente en la citada cañada. La(s) fuerza(s) pública le dio el alto y,..., lejos de entregarse se dio a la fuga, viéndose precisada a hacer fuego. Uno de los disparos hizo blanco y cayó al suelo herido, falleciendo al poco”. Varias mujeres de su familia que supuestamente le ayudaron fueron detenidas por encubrirlo.
El tercero de los capturados, el cual parece ser era un evadido de la cárcel de Cieza, fue localizado en la sierra de Abanilla, y se trataba de José Sáez Martínez, “El Negro Dentudo”, el cual estaba escondido en una casa deshabitada. En el recorte de prensa adjunto da cuenta de la captura con más detalle y entre otras cosas dice: “Dando una batida (…) encontraron una casa deshabitada. Como la puerta aparecía atrancada (…) unas parejas violentaron la entrada, (…) tuvieron que encender un candil que había en la cocina, comprobando que existían restos que probaban que hacía poco tiempo que se había guisado.
LUCHA CON UN GUARDIA.
(…) en una de cuyas habitaciones existe un arca de gran tamaño, conteniendo un bulto liado en una manta. Al tirar de ella, se levantó rápidamente un individuo, que de un salto felino cayó sobre uno de los guardias, con quien luchó hasta desasirse de sus brazos, emprendiendo una veloz carrera hacia la puerta, en donde como persistiera en su decidida actitud de fuga y agresión, uno de los guardias disparó, haciéndole caer herido. Detenido, se comprobó que se trataba en efecto de «El Negro Dentudo», quien falleció a los pocos momentos”.
Sin poder asegurarlo por falta de datos, las tres informaciones pudieran tratarse de aplicaciones de la “Ley de fugas”, uso muy habitual en la persecución y posterior captura de huidos en el monte, teniendo en cuenta las órdenes internas de las fuerzas represivas, y los “premios” que se adjudicaban por cada miembro de la guerrilla o simplemente huido “rojo” que abatían.
Fuente consultada: Dictadura y oposición en Murcia, de Fuensanta Escudero. Universidad de Murcia 2007.
16 mayo, 2011
¿Huidos en Murcia?
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