22 diciembre, 2010

Última carta de Numen Mestre



La Agrupación Guerrillera de Cataluña (AGC) tuvo dos fases en el tiempo diferenciadas en su lucha y posterior caída. La primera, desde su creación (tras varios intentos anteriores), se efectuó desde agosto de 1944 hasta abril de 1945, periodo en el que el madrileño Miguel Núñez era uno de sus máximos exponentes.

La segunda, tras la caída del anterior grupo, transcurre desde primeros de 1946 hasta enero de 1947. Se crean dos brigadas cuyo jefe máximo de ambas era Ángel Carrero Sánchez. La Iª, llamada “Jaume Girabau” en honor de un militante venido desde el exilio en México y fusilado tiempo después. Esta brigada la comandaba Numen Mestre, nacido en 1923 en Pratdip (Tarragona). De joven ya se interesaba por la política activa militando en las JSUC de Torredembarra. Su familia se traslada a vivir a Cornellá, pasando a desempeñar el cargo de representante de las JSUC en el Comité Local del Frente Popular de esa localidad. En plena Guerra Civil ingresa en el PSUC, y combate como voluntario —aun siendo menor de edad de una manera notoria—, encuadrado en un batallón de las Brigadas Internacionales en la Batalla del Ebro. Cuando la guerra prácticamente llegó a su fin, había desempeñado los cargos de Comisario Delegado de la 84 Brigada Mixta de la 60 División y ayudante del Comisario del Batallón de ametralladoras, Nº 35. Tras la derrota pasa la frontera francesa camino del exilio junto a sus compañeros de armas. Es recluido largas temporadas en los campos de concentración, y trabajó durante tres años en una granja. Posteriormente se enrola en la Operación Reconquista de España de octubre de 1944, volviendo sobre sus pasos tras el fracaso de la misma. A finales de septiembre de 1945 decide volver de una manera clandestina a España y junto con un grupo de exiliados llegan hasta la zona de Lleida. Se disuelve el grupo y logra llegar hasta Barcelona, donde se reencuentra con sus padres, poniéndose a trabajar en el negocio familiar. Intentó llevar una vida tranquila para pasar desapercibido, pero el encuentro con sus antiguos camaradas le hicieron volver a la lucha. Tras numerosas acciones armadas caen en manos de la policía en lo que se llegó a llamar “la caída de los 80”, por el número de detenidos en la causa. Fueron fusilados cuatro guerrilleros, entre ellos el joven Numen Mestre.

Cuando conoció la sentencia firme, escribió esta carta:

Barcelona, 17 de febrero de 1949.
Acaba de serme notificada la confirmación de la sentencia y tranquilo y sereno paso a despedirme de vosotros.
Sólo quiero rogaros que acojáis este desenlace con paciencia y resignación y que soportéis con entereza el dolor que inevitablemente ha de causaros.
Os queda con el recuerdo de lo mucho que os quiere la satisfacción de saber que nunca ante nadie habréis de avergonzaros de nada de mi conducta y que es el cariño a los seres humanos, a la patria y a nuestro pueblo lo que me coloca en el trance de sacrificar gustoso mi vida.
Mi último consejo es de que no os desesperéis y que sobre todo mamá viva siempre animada y que gocéis de lo que os quede de vida sin que lo [que] me ha ocurrido a mi sirva de motivo de amargura.
No os pongo nada más porque ya supondréis todo cuanto mi corazón os dice, así que

Hasta siempre

Numen Mestre.

Casandra: Consola a nuestros padres y sé para ellos consuelo y sostén. Cubre junto con tus deberes de hija los que yo ya no podré cumplir. Besos a toda la familia.

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