Extasiada del parto “La Guerrillera”
Pensativa observa las alegres flores y la verde enredadera. Venas entrañables que penetran y engendran ¡arriba en los montes! -lejos de la gris dureza en las aceras. La creación se agranda, la esperanza despierta.
Como un cisne erguido, una sombra acampa sin fronteras.
La información le llega por la extensión de sus venas dilatadas, excitadas, inquietas.
Se siente al Maqui en el monte (en el ambiente se le espera), encarna el lenguaje del Búho; necesita saber como se encuentra su compañera.
Ella responde desde el llano (sintiéndose parte de ese bosque que aletea), ambos replican, suenan, ante los altivos castaños, encinas, hayas, higueras.
El Maqui, se alegra, empieza a sentir la lluvia con pies y cadera, percibe la humeante sementera, un gemido se desprende ¡manantial frondoso su placenta!
Lleva horas sin verla y quiere, ¡hoy necesita sentirla más que nunca, más que nada en esta vida!, y deja pasar el tiempo y deja pasar el día sin pudor; para que ella lo sienta, abrazados a la piel del sol, irradiando con sus cuerpos de amor la nueva vida que asoma tras el telón de las trincheras.
Bajó “La Guerrillera” al llano, a un punto de apoyo a parir la/el hijo que esperan.
Es peligroso que a él, le vean en la aldea... Se camufla para acercarse lo más que pueda a la esencia que desprende ella. Siente que la oye, la huele, ¡está cerca, cerca!
El sudor electrizante de los esfuerzos del parto le llegan; le obligan a concentrar toda su atención en ella: en recuerdos que quiere transmitir para aliviarla para quererla, extiende su mano imaginándose al bebito que ya grita, que le espera y siente ayudar diciendo -Sal personita, dale, ánimo, ¡papá está cerquita de la puerta!
El Maqui ¡ríe, ríe!, lanzando una mirada de orgullo y fuerza. Escarba agarrando sobre su mano tierra; le recuerda el arado, bueyes, siembra. La humedad reina en sus manos ¡reina!, la esperanza, ¡reina!
El Maqui observa a izquierda y derecha, ninguna señal de peligro, sólo una bufanda roja entre mucha ropa de color ¡Los partisanos le esperan!
Caminan agotad@s. Tambalean, sus ropas están húmedas y hace frío, hambre; rechinan sus dientes, dan tumbos escondiéndose de cualquier leve ruido, sombra, extraña señal o huella ¡Ellos no dejan huellas -se repite, lo estudia todo, observa; no pueden dejar huellas, nunca permitirá que sigan el rastro de sus hombres y mujeres ¡Siempre, combatiendo el cansancio, la desidia que intenta aferrarse como sanguijuela!
Va quedándose solo, atrás. Quiere volver a concentrarse en ella, su camarada, compañera. Transmitir su apoyo, su sensibilidad en esos momentos duros para ella. Cierra los ojos y se acerca con un vaso de vino entre los dos. Brindaron, cantaron coplas y bailaron danzas de amor durante horas... él cree, piensa; e imagina a los dos entre sábanas blancas ¡si él pudiera!
Intenta des-entumecerse, estirando raíces, uniéndolas a la sólida roca a la que se acerca; transmitirles su eco, al hij@ que que aún espera conocer ¡lo espera, le espera, el hijo le espera!
Posa sobre la gran roca la piel de sus labios y huele el aroma del té, habla sin que le oigan, sin que el viento se alarme, ni emitir el más leve sonido que impida volver a ver y sentirla y al hij@ del amor que el sabe le espera ¡me espeeera!, se repite una y otra vez. En sus ojos irrumpe un manantial de pureza -¡si él pudiera!
En sus fértiles vientres, entre el llano y las montañas, anida el amor, se desarrolla; desbordando sensibilidad en versos, prosa, cantos.
Tiene que regresar en cuanto pueda, volver río abajo, sabe que ella le espera, siempre le espera.
Pero los compañeros también le esperan -se oyó la voz de Martí, hay montes, y hay que subir los montes altos; ¡después veremos, alma, quién es quién te me ha puesto al morir!
Las cabras al monte ¡Corazones adentro!, la revolución se organiza... ¡la República les espera!
Una hilera de siete guerriller@s, desfilando de a uno como cascada, filo de luciérnagas en la noche estrellada, cuerpos como topos, gusanitos de seda que se arrastran para convertirse al amanecer en mariposas que revolotean clandestinas, despistando huellas.
Se juntan a otro grupo que les espera camuflados entre hojas.
Se abrazan jubilos@s, en un entorno que huele a tomillo, saltan algunas liebres por el camino. hileras de flores, remolinos de hierba buena ¡hay momentos esplendorosos que nunca hay que dejar de vivir! En el medio ella... Rosa alegre, roja, emprendedora. Caudal de vida, fortaleza que todos la recuerdan. La naturaleza la acoge, los partisanos la recuerdan. Miguel Hernández canta para ella.
El recuerdo la envuelve entre vivas y banderas en un tierno abrazo, con mucha pasión.
El cuerpo del hijo, también es aclamado entre puños, abrazos y vivas.
Hijo envuelto en la voz del poeta que se oye, que se lee, que se agita en los frentes, ¡¡En los montes de los Maquis de la pos-guerra!! Y le enseñarán entre todos, el camino de la higuera; donde el maestro/el poeta creó las bases de la nueva escuela.
Y otra vez, hoy iremos como nuestros padres y abuelos a sentir el aroma de la tierra, su huerto y su higuera. Hacia ella nos encaminamos las nuevas generaciones, por los altos andamios de las torres, paso a paso por la calle Mayor.
Sólo de nosotros depende que esta fuente se mantenga como bandera. Cantemos al poeta, a todos los poetas que nos ofrecieron su lucha; la nueva escuela.
Así iniciaré mi canto, mi nana de cebolla ¡hojita nueva...!
Miguel: Nacerá nuestro hijo con el puño cerrado, envuelto en un clamor de victoria y guitarras...
Aún en sus brazos, tiern@, con sus puñitos altos y la sonrisa de la vida en los labios; ancas de ranita, pelusita que despierta. De su endeble cuerpecito surge unirrintzi/grito/llamamiento/despedida... un adiós a su guarida, a ese túnel que como reloj de arena, agotó el tiempo a la sombra en su espera.
¡Todo lo que una criatura puede significar cuando se desea, es difícil de expresar!
Ella le hablaba en silencio, de esta entrañable manera. Mientras el bebito mama sementera de poetas: Acampar sobre tu mirada, sobre el musgo tibio de tu piel. Depositar mi frente, sobre el transparente gusto de tus besos aún discretos, que desdoblas tan delicadamente sobre mis labios cuando te acerco, sosegándome de babitas como fuente mansa e inagotable placer eterno.
Eternamente errar en ti, como por un ramito fresco de pétalos excitantes de aroma, esparramado por los pliegues frescos y tiernos de tus ancas; a mis labios se le antojan del más puro terciopelo. Como una pelusa fina en mis desgastadas manos.
Como primavera en mis labios; alga tierna flotando, entre la sabiduría de los ríos que nos hablan de nuestros antepasados. Curtirás tu mirada en el tiempo. Y, donde fuimos aves clandestinas ¡peces!, donde esponjas de mar ¡ardillas! Que ha esta hora es la hierba de dóciles caricias sus alitas, como puñitos, por los que desfilan sobre el monte guiados los Maquis. Y desarrolles en amor como el de ellos, los pliegues de tus sentimientos; florezcan gigantes los sueños, y crees originales alejándote de las copias, pesadez inculta. Caminarás por los libros de la higuera, de la la Laguna Negra de Soria, de la mano de A. Machado como forma de vida de una era, que no despierta de su sueño; tu cielo como techo son ellos, las estrellas. Serás capaz de beber por ti sólo en este manantial de pureza, sabrás alejarte por tu propio pié, de la mesa de los inocentes que por nada se alteran.
La luna picuda y esbelta traerá a tu memoria -¡ella me ayudó a que tu nacieras! melodías gloriosas de naturaleza nueva; para ese nuevo mundo, que se refleja en nuestros fusiles, pluma, guitarras, cantos, alumbra y te espera en la noche con manto de hojas frescas, de ruiseñor, y danza de ramas nuevas. Amándonos mientras podamos, revolcándonos en ellas, bajo el desnudo cielo, que su vientre nos ofrenda. En tus manos flores silvestres: Es Abril, día 14. La esperanza llama a la puerta, abriéndonos camino entre la maleza que acecha.
Ya en mi boca, el ramo de tus besos tiernos. Lamiendo con mi lengua tu cuerpo de rama verde, que brota sabía nueva de inquietud e inteligencia. Duerme mi pequeñ@ aquí, a solas contigo, disfrutando en la distancia del silencio natural de la selva, el bosque se alegra, el Búho canta y la lunita te observa, ¡estate content@!
¿Vio mi ranita cómo las ramas llegan? -¡te lo dije!
Es Papito que se acerca, quiere subir a los montes contigo para mirar juntos: al fondo las olas marinas se agitan revueltas. ¡Mira estrellita mira, como ellas se acercan!
Claude Debussy, nocturno llega a nosotros con su maravillosa partitura “Diálogo entre el Viento y el mar...” Siente emocionado nuestra algarabía, y caprichoso, cabalga sobre las aguas del mar como jinete desbocado, entre la tempestad que despierta, ¡que ya despierta, papá llega!
Qué lindas escenas había visto dibujadas dentro de la placenta aquél bebito que se disputa a ser personita de las montañas.
Qué sonata sementera brotó de esta historia que emanó de un sufragio universal donde su mamá votó por vez primera.
¡Entre a escena pues, la luna picuda! que ha traído a mi memoria, esas melodías tuyas -¡Madre! de naturaleza nueva que enarbolo hoy para irradiar en primavera de ayer, del hoy que se cerca. Noches con manto de hojas frescas por los montes -¡es mi madre “La Guerrillera”! ¡Bajan, se acercan los cantos del ruiseñor -es mi padre, son ellos!, silbando a su llegada como Búhos con boina y visera, chaqueta de pana, chamarra de cuero, pelliza de invierno... Les responden, danzan, les reclaman ramas preñadas de yemas... Se acercan a la III República Revolucionaria: Miguel Hernández, A. Machado, García Lorca, Frente Popular... Coros, entre el Viento y la Danza de las eras, entre el Viento y el Mar... Els Segadors, Las Compañías de Acero, Los Cuatro Generales, Los Emboscados, El Eusko Gudariak, A las Barricadas, 5º Regimiento...
Llenando de algarabía brazos y ojos, las piernas aligeran, des-entumecen de la humedad que la gran noche caló sus huesos.
¡86 años! Bajan, bajan, los Maquis bajan: por siempre pa`lante, y más pa`lante!
Un intenso abrazo funde lo más consciente del pueblo con los guerrilleros. Y, un ramo fresco de camaradas, representantes herederos de la gloriosa Gran Brigada Internacional: Lincoln, thelman, Tchapaiev, Dambrowski, Rosselli, Comuna de París...
Se ofrecen pitillos, aligeran informaciones nuevas, experiencias, hechos y sucesos que les pasaron... Unos y otros, hijos de todos los frentes, desbordan entusiasmo y mucho mucho amor, saboreando con detalles, todo ese espacio del tiempo, en ese empeño, lucha en común que les emancipó como gente. Por una República Obrero-Campesina, contra los parásitos de las cluecas banqueras del capital, y sus doblones.
Los pétalos tricolor crecen se estiran, un rubí rojo, enorme, se descubre ante las nubes estirando sus piernas. Las espinas de la rosa firmes como fusiles de victoria ¡alertas! defendiendo la raíz, donde anida fantasía e ilusión, sed de revolución.
Las pueblos llegan, también las grandes ciudades se acercan; alejándose de coronas, yugos y flechas... Ejército de moros y cristianos: marroquíes legionarios, sangre franquista, nazismo europeo.
Un nuevo mundo es posible, se abre paso, ensanchando, planificando estrategias. Un poder sobre “el natural” Afro-Italo-Alemán-francés...-
¿Y los aliados?
Se escondieron bajo las piedras, fortaleciendo el crimen y los campos de concentración a l@s republicanos.
Maité Campillo (actriz)
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